Paisajes pirenaicos.

Merece la pena cargar con el peso de la cámara aunque los senderos sean intrincados. Merece la pena el dolor de cuello y espalda por el peso de la maquina tras horas de caminata. Merece la pena el riesgo de que una tormenta inesperada te sorprenda a 2500m de altitud y tu equipo quede pasado por agua. Todo esto merece la pena, si al llegar a estos parajes tan bellos puedes apretar el botón, meter estas instantáneas en la mochila y al llegar a casa después del largo viaje, puedes recordar frente a tu ordenador, los momentos y sensaciones vividas en este trozo de tierra tan inmensa y salvaje… merece la pena.

Aquí os muestro algunas de las fotos que he podido tomar en mi primer viaje al Pirineo, seguro que no será el último y seguro que podré seguir mostrando instantáneas de esta maravilla de tierra que parece tan lejana para los que somos de sur, pero que cuando la conoces, se hace tan cercana y acogedora, y nos deja tan buen sabor de boca, que se hace casi imposible no repetir.











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Equipo: Nikon D300s, Nikkor 18-70mm. Trabajadas con Phottomatix en HDR y AdobePS CS4.